| ¡Alerta de Spoiler! Este artículo cuenta detalladamente lo que pasó en este episodio. Si aún no lo has visto y quieres enterarte tú, evita leerlo. La advertencia está hecha. |
Yui cortando unas rosas
El episodio empieza con Yui cortando unas rosas y pensando tristemente aún en lo que Laito le había dicho en la Iglesia sobre que ella era un sacrificio ofrecido por la misma Iglesia a la que tanta fe le tiene, pero ella no puede aceptarlo. De pronto, aparece Kanato y le dice a Yui que coja esas rosas y que lo siga. Ella duda un poco, a lo que él le responde que no le gustan las demoras. Kanato lleva a Yui al cementerio y ella se pregunta por qué están ahí. A Kanato le gusta el cementerio y las tumbas ya que es frío y el olor a muerte está por todos lados. Se detienen en una tumba, y Kanato la señala como la tumba de su madre (Cordelia). Cuando Yui le pregunta si ella ha muerto, Kanato le dice que él la mató y que si le cree. Luego le pide a Yui que coloque las rosas que ha traído sobre la tumba. Una vez colocadas, Yui se empieza a ir pensando en que tal vez Kanato quiera estar solo porque tal vez sienta dolor por la muerte de su madre pero en vez de eso;
Kanato besa a Yui
Kanato se molesta por el hecho de que se vaya ya que él mismo la había invitado a venir y que no parecía importarle. Enfurecido, agarra el ramo de rosas y lo empieza a golpear contra la tumba destrozándolo. Yui le pide que pare, pero Kanato se molesta aún más diciéndole que una simple humana no puede darle órdenes. Yui intenta disculparse pero Kanato le dice que ya está harto de escuchar sus disculpas. Yui asustada al ver que Kanato aumenta su ira más y más se quiere ir corriendo pero se tropieza y cae al suelo. Kanato la ve y le dice que se ve patética. Entonces él se pone encima de Yui decidido a chuparle la sangre, pero se detiene. Yui lo intenta parar pero no puede. Ahí es donde Kanato le dice que las mujeres humanas se resienten cuando no las besas antes de chuparle la sangre y que era un fastidio. Antes de que Yui sea capaz de detenerlo; Kanato la calla en un profundo beso.
Luego de eso, Kanato chupa su sangre y extasiado por el sabor reafirma que su sangre es dulce y por tanto la mejor. El festín de sangre continúa con Kanato mordiéndola en el cuello y cerca del pecho. Luego de eso, se ve que Yui está regresando a la mansión Sakamaki con la mirada perdida. Richter aparece y se la queda mirando, cuando de pronto aparece Subaru preguntándole que hace ahí. Richter le dice que el momento del despertar se acerca y desaparece rompiendo las lunas de los ventanales más cercanos. Subaru se pregunta que habría querido decir con eso mientras ve a Yui acercándose. Yui entra a la casa para ir a su habitación, pero justo en la puerta de al lado escucha unos ruidos extraños.
Decide entrar a ver qué sucede y se encuentra con
Subaru viendo a Yui caminar.
Reiji que al parecer está teniendo una pesadilla. Yui preocupada intenta tocarlo, y al instante se levanta; dciendo que el olor de su sangre lo había despertado.
Reiji se levanta y le dice que va a preparar un té; pero sólo sirve una taza y la toma él. Yui se pregunta por qué sólo una taza, a lo que Reiji le responde que entienda cuál es su posición y que él no le iba a servir su té. Pensar algo así y creerse algo más de lo que es la hace ver presuntuosa. Yui ignora el maltrato y empieza a explorar con la mirada el despacho de Reiji y le pregunta si sus otros hermanos lo usan. “Como Shuu...” no termina de hablar de los demás cuando Reiji reacciona inmediatamente a este nombre y dice que le duelen los oídos de solo escucharlo. Yui le pregunta por qué odia tanto a Shu y Reiji recuerda algo de su pasado. En este recuerdo se puede ver que él siendo un niño; observa a su hermano y a Beatrix, quien sólo pone atención a Shuu mientras que él sólo los observa...solo.
Absorto en sus pensamientos, reacciona y le ofrece a Yui una taza de té ya que al parecer ha cambiado de opinión; pero ella al beberlo tira la taza al suelo y empieza a ahogarse. Reiji le dice que no se preocupe ya que no tiene nada que atente contra su vida y no debería causarle parálisis. Yui se había convertido en su conejillo de indias. Reiji continúa con sus experimentos y obliga a beber un elixir de una botella verde. Yui cae y empieza a retorcerse en el suelo.
Ya que Yui anteriormente había botado al suelo una taza y ésta se hizo pedazos; al caer ella al suelo se hace un corte profundo en la mano. Reiji revisa su mano para ver su condición. Pero en ese momento, él le dice que no se confunda ya que así como la taza, él no tiene ningún interés en cosas que no son perfectas. Reiji no puede evitar probar su sangre y chupa un poco de su mano. Luego se levanta y le dice a Yui que haga lo mismo. Se saca los guantes, pero al voltear su mirada se vuelve gélida y terrorífica; tanto que Yui se asusta y empieza a retroceder unos pasos. Reiji igual la alcanza y la arrincona contra la pared. Le dice que los humanos sólo son recipientes de sangre y sin valor; y que a pe
Reiji muerde a Yui.
sar de ser tan insignificantes desean tener más placer que los demás. Dicho ésto, Reiji clava sus colmillos en el cuello de Yui y bebe su sangre. Yui intenta detenerlo pero Reiji se molesta aún más y le dice que no le desobedezca, incluso le pide que sienta mucho más temor del que ya siente hacia él. Luego la coge de la muñeca y le pregunta si quiere que le cure esa herida. Pero luego dice sádica mente que se la vendará tan fuerte que se le paralizará la sangre y al no fluir morirá, le dice que imaginar el simple hecho de sus gemidos de dolor le divierte.
Reiji tiene un flashback. En el recuerdo podemos a ver a Reiji delante del cuerpo casi sin vida de su madre. Él fue quien la mató. Estaba satisfecho con su acto hasta escuchar las últimas palabras de su madre. Al parecer Beatrix estaba feliz de que él la haya matado ya que pudo ver su capacidad y muere sonriendo. Ésto enfurece a Reiji más de lo que le molestaba la presencia de su madre y le dice que nunca la perdonaría por eso ya que, que ella esté en paz no era su plan. Reiji coge a Yui (ya inconsciente) en sus brazos y repite lo que le dice a su madre: «no lo perdonaré».